Zaha Hadid: La pionera de la arquitectura futurista
- Pablo Ayrton Rosas Kassian
- 25 nov 2024
- 3 Min. de lectura
Zaha Hadid (1950-2016) es una de las figuras más influyentes y revolucionarias en la historia de la arquitectura contemporánea. Nacida en Bagdad, Irak, Hadid rompió con las convenciones tradicionales con su enfoque visionario, que combina formas dinámicas, fluidas y futuristas. Su trabajo no solo transformó nuestra comprensión de los espacios arquitectónicos contemporáneos, sino que también rompió barreras como mujer en un campo históricamente dominado por hombres.

Hadid comenzó su trayectoria académica estudiando matemáticas en la Universidad Americana de Beirut, pero fue en la Architectural Association School of Architecture en Londres donde encontró su verdadera pasión. Tras graduarse fundó su propio estudio, Zaha Hadid Architects, en 1979. Desde entonces, comenzó a proponer diseños que desafiaron las normas de la arquitectura convencional y establecieron un nuevo lenguaje visual.
Uno de los proyectos que la llevó a la fama fue la Estación de Bomberos Vitra en Alemania (1993), una obra que representa su enfoque deconstructivista. Con formas geométricas angulares y una estética radical, este edificio marcó el comienzo de su carrera como una arquitecta disruptiva.
En el interior, la materialidad predominante de concreto evoca un ambiente austero y monolítico, que es acentuado por líneas angulares y planos inclinados que generan una sensación de dinamismo constante. La iluminación juega un papel crucial en la narrativa espacial, las fuentes de luz indirecta, están ocultas en cajillos, esto se convertiría en una de las características más particulares de Saha Hadid. Grandes ventanales permiten la entrada de luz natural, creando contrastes dramáticos entre sombras y reflejos en los materiales. La espacialidad interior, con techos inclinados y planos superpuestos, invita a los usuarios a moverse a través de un entorno que parece desafiar la estabilidad, evocando emociones de tensión y fluidez.
Entre sus obras más icónicas se encuentra el Centro de Arte Contemporáneo Rosenthal (2003) en Cincinnati, EE. UU., un edificio que combina geometría y funcionalidad, ofreciendo espacios abiertos que transforman la experiencia de las obras de arte.
La materialidad interior, es mayormente concreto, acero y vidrio, crea un ambiente industrial y moderno que enmarca perfectamente las obras de arte contemporáneo que alberga. La iluminación desempeña un papel clave en la experiencia sensorial, las fuentes de luz indirecta, suavizan las sombras y generan un ambiente etéreo, mientras que luminarias directas destacan puntos focales, como piezas específicas o elementos arquitectónicos. Cuenta con ventanales y tragaluces monumentales que filtran y reflejan la luz para generar este efecto de luz y sombra, proporcionando un dinamismo lumínico que cambia a lo largo del día. La espacialidad del edificio cuenta con elementos arquitectónicos lineales como guía, por lo que todo esto conduce al usuario a través de niveles interconectados, generando una sensación de movimiento continuo.
Otra obra destacada es el Centro Heydar Aliyev (2012) en Bakú, Azerbaiyán. En lo personal, creo que es una obra maestra en cuestión de fluidez arquitectónica, y su interior refleja la misma sofisticación que su fachada en formas ondulares. Los espacios interiores están definidos por superficies blancas y lisas que fluyen sin interrupciones, logradas con paneles de yeso curvados y acabados de alto brillo. La iluminación es fundamental en la experiencia espacial, como lo he mencionado, es muy común en sus diseños la luces indirectas , en este caso, integradas en las curvas de las paredes y techos que realzan la sensación de infinito, mientras que luminarias estratégicas y focos puntuales destacan áreas específicas, como exposiciones o puntos de interés. Las amplias ventanas y tragaluces permiten que la luz natural inunde los interiores, reflejándose en las superficies blancas y acentuando su pureza. La espacialidad es envolvente y dinámica, cada rincón del interior está diseñado para transmitir una sensación de ligereza, armonía y modernidad, haciéndolo un espacio donde la arquitectura y emocionalidad se encuentran en perfecta sincronía.
Zaha Hadid fue una pionera en muchos sentidos. En 2004, se convirtió en la primera mujer en recibir el Premio Pritzker de Arquitectura. En 2016, también fue reconocida con la Medalla de Oro del Royal Institute of British Architects. Hadid no solo diseñó edificios; transformó la manera en que interactuamos con los espacios, recordándonos que la arquitectura es tanto un arte como una ciencia, capaz de desafiar las normas y trascender los límites de lo posible.
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